Después que Juan fue arrestado, Jesús se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: “El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia”.
Mientras iba por la orilla del mar de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua, porque eran pescadores. Jesús les dijo: “Síganme, y yo los haré pescadores de hombres”.
Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron. Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando en la barca a su padre Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron.
Palabra de Dios
P. Javier Verdenelli Sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba
Habiendo compartido ya el tiemo de Navidad, hoy iniciamos uno nuevo que llamamos “durante el año”, a lo largo del cual podremos rezar y contemplar el evangelio de San Mateo, complementando con algunos pasajes propios de los otros textos evangélicos como hoy que escuchamos a San Marcos.
Luego de todo lo referido a la infancia de Jesus y al inicio de su vida publica, después de que tomaron preso a Juan porque denuncio el comportamiento inmoral del rey Herdoes (Lc 3,18-20), Jesús fue a la provincia de Galilea y empezó a proclamar la Buena Noticia del Reino.
Dios, El mismo, es la mayor Buena Nueva para la vida humana. Responde a la aspiración más profunda de nuestro corazón. En Jesús aparece lo que acontece cuando un ser humano deja que Dios entre y reine.
El primer objetivo del anuncio de la Buena Nueva es formar comunidad. Jesús pasa, mira y llama. Los cuatro primeros en ser llamados son: Simón, Andrés, Juan y Santiago, escuchan, lo dejan todo y siguen a Jesús para formar una comunidad discipular con él. Según el relato de Marcos, todo aconteció durante el primer encuentro con Jesús. Comparando con otros evangelios, la gente percibe que los cuatro ya conocían a Jesús (Jn 1,39; Lc 5,1-11). Ya habían tenido la oportunidad de convivir con él, de verlo cuando ayudaba a la gente y de escucharlo en la sinagoga. Sabían como vivía y lo que pensaba. El llamado no fue cosa de un momento, sino más bien de repetidos llamados e invitaciones, de avances y retrocesos. ¡El llamado comienza y vuelve a empezar siempre de nuevo! En la práctica, coincide con la convivencia de los tres años con Jesús, desde el bautismo hasta el momento en que Jesús fue levantado al cielo. (He 1,21-22). Entonces, ¿por qué Marcos nos lo presenta como un hecho repentino de amor a primera vista? Marcos piensa en el ideal: el encuentro con Jesús tiene que producir un cambio radical en nuestra vida.
Para la reflexión personal
*Un hecho político, la prisión de Juan, llevó a Jesús a iniciar el anuncio de la Buena Nueva de Dios. Hoy, los hechos políticos y sociales ¿influyen en el anuncio que hacemos de la Buena Nueva a la gente?
*La conversión, ¿Cómo está aconteciendo en mi vida?
*Como joven a quien Jesús mira y llama, ¿Estoy dispuesto a seguirlo por donde Él quiera que vaya?