Sábado 6 de Noviembre de 2021 – Evangelio según San Lucas 16,9-15

miércoles, 3 de noviembre de
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Jesús decía a sus discípulos: “Gánense amigos con el dinero de la injusticia, para que el día en que este les falte, ellos los reciban en las moradas eternas. El que es fiel en lo poco, también es fiel en lo mucho, y el que es deshonesto en lo poco, también es deshonesto en lo mucho. Si ustedes no son fieles en el uso del dinero injusto, ¿quién les confiará el verdadero bien? Y si no son fieles con lo ajeno, ¿quién les confiará lo que les pertenece a ustedes? Ningún servidor puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro, o bien se interesará por el primero y menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”. Los fariseos, que eran amigos del dinero, escuchaban todo esto y se burlaban de Jesús. El les dijo: “Ustedes aparentan rectitud ante los hombres, pero Dios conoce sus corazones. Porque lo que es estimable a los ojos de los hombres, resulta despreciable para Dios.”

Palabra de Dios

Padre David Pintos sacerdote de la Diócesis de la Nueva Orán

 

En el Evangelio de Hoy de entre todos los planteos que Jesús nos hace, hay una que es muy directa: “No se puede servir a dos señores”. Es un planteo muy profundo, muy radical. No podemos estar a medias frente a Dios. La cuestión es “O le amamos o no le amamos”.

Nosotros ¿A quién servimos? ¿A quién queremos servir? ¿Al dinero? ¿A la vanagloria? ¿A nuestro Yo? No podemos servir a dos amos, no se puede servir a dos amos. Porque como dice Jesús “o bien aborreceremos a uno y amaremos al otro, o bien nos dedicaremos al primero y no haremos caso al segundo. O servirnos bien o sino estaremos incorrectamente en el camino del Señor.

Jesús quiere que nosotros seamos “Todo de Dios”. Que seamos verdaderamente fieles, que lo demos todo. Jesús quiere ser amado totalmente como él nos ama a nosotros. Como diría Santa Teresita “no le neguemos nada” a Jesús.
Le pidamos a Jesús esa gracia que es muy importante para nuestras vidas, la de servirle y amarle sólo a él, como lo hicieron tantos Santos.