Querido Padre Alfonso

martes, 1 de agosto de
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Dice una canción: 

 

“Padre Alfonso bien lo sabes: el mundo ha cambiado tanto.

Sin embargo el hombre viejo, camina arrastrando el paso.

Predicar a un Cristo vivo, 

Anunciar a un Dios cercano,

fue tu espíritu y tu vida,

hoy sos más que necesario”

 

 

Padre Alfonso: Como tu pequeña hija hoy me animo a escribirte, para darte gracias por invitarme a ser parte de esta gran familia misionera.

 

Gracias por haber sido dócil al Espíritu, y haberte animado a dar tu SI al Señor y fundar esta congregación.

 

Es hermoso ver que a pesar del paso de los años, hoy vivimos según tus deseos y esa inspiración primera: tenemos pastores cercanos, alegres, amigos ¡como vos soñaste!, hoy vivimos el carisma que vos nos regalaste y transmitiste.

 

Esta gran familia misionera, alegre y Mariana sigue llegando con la Palabra de Dios a los más pobres entre los pobres, a las comunidades más alejadas…

 

Gracias dulce Alfonso por seguir presente, por cuidarnos, por guiarnos.

 

¡Cuida siempre de tus hijos misioneros!

 

Mili Ortiz