Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presentes algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar. Llegaron entonces unas personas transportando a un paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. Al ver su fe, Jesús le dijo: “Hombre, tus pecados te son perdonados”. Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: “¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?”. Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: “¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil decir: ‘Tus pecados están perdonados’, o ‘Levántate y camina’?. Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa”. Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó su camilla y se fue a su casa alabando a Dios.Todos quedaron llenos de asombro y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: “Hoy hemos visto cosas maravillosas”.
¡Hola soy el padre Sergio Fernández y compartimos en este Lunes 6 de Diciembre la Palabra de Dios en este día de San Nicolás, aquel que fue obispo y de bueno en la provincia de La Rioja, lo veneran como su patrono así que nuestro saludo a toda esa hermosa provincia y a esa iglesia riojana que celebra hoy a San Nicolás.
Este hermoso texto en este camino de adviento nos invita a descubrir una vez más La potencia de este Cristo que viene a redimir, viene a devolvernos la salud física, psíquica, mental. ¡La salud integral del ser humano!
Jesús no solo es capaz de perdonar los pecados, sino es capaz de liberar a este hombre de esa parálisis, esa parálisis existencial que estaba viviendo.
Este hombre era tenía necesidad, totalmente de los demás, no podía valerse por sí mismo.
La fe en Cristo le devuelve ese sueño original de Dios sobre el hombre: – El hombre libre. – El hombre capaz de valerse por sí mismo.
Por eso caminando en este adviento hacia la navidad, pedimos a este mesías, a este salvador, a este Emmanuel que viene a salvarnos que nos haga experimentar nuevamente la potencia de su pascua, la potencia de este amor que libera, redime y le devuelve la original dignidad al ser humano.