Queridos reyes magos: Conservo las buenas costumbres. Escribirles es una de ellas. Este año quisiera pedirles confianza a raudales para que sepa dejarme hacer y guiar sin tantas resistencias y sin tantos miedos. Quisiera valor para vivir con anchura dando ternura sin medir costos, ojalá sepa darme en gratuidad hasta gastarme. Por último, desearía contemplar mi fragilidad como ustedes contemplaron a Dios en pañales, con asombro y gratitud al reconocer que hay tanta Vida latiendo allí y que siempre habrá quien acoja mi costado más vulnerable. Queridos reyes magos, en la oscuridad brilla nuestra estrella, esa es nuestra alegría y nuestro camino. Sigo sus pasos. Llegaré al mismo sitio.
¡Los quiero!
Tati