Después Jesús partió de allí y fue a la región de Tiro. Entró en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto. En seguida una mujer cuya hija estaba poseída por un espíritu impuro, oyó hablar de él y fue a postrarse a sus pies. Esta mujer, que era pagana y de origen sirofenicio, le pidió que expulsara de su hija al demonio. El le respondió: “Deja que antes se sacien los hijos; no está bien tomar el pan de los hijos para tirárselo a los cachorros”. Pero ella le respondió: “Es verdad, Señor, pero los cachorros, debajo de la mesa, comen las migajas que dejan caer los hijos”. Entonces él le dijo: “A causa de lo que has dicho, puedes irte: el demonio ha salido de tu hija”. Ella regresó a su casa y encontró a la niña acostada en la cama y liberada del demonio.
El evangelio de este jueves comienza diciendo: “Jesús partió hacia la región de Tiro y Sidón, fuera del territorio hebreo, entró, dice en una casa y no quiso que nadie lo supiera, pero no pudo permanecer oculto”.
Jesús que, cuando llega a un lugar, no puede permanecer oculto, sino que enseguida un montón de gente se puede enterar, se entera y que , él está ahí, ¿no?
Pensaba mucho enn nuestro corazón donde Jesús está presente y que a veces, nosotros mismos queremos ocultarlo pero Él quiere dejarse ver.
¿Cómo manifestamos nosotros a Jesús? Acá él se va a manifestar a una mujer pagana que viene a verlo para interceder por su hija y el Señor también la sana.
¿Cómo mantenemos a Jesús en nuestro corazón? Seguro que está ahí en ese misterio profundo, oculto en nuestro corazón pero quiere dejarse ver. Por eso, abramos las puertas del corazón para que otros también vean, es Crsito que tenemos nosotros, oculto en nuestro corazón
Un abrazo a todos. Dios los bendiga.