Evangelio según San Marcos 7,1-13

lunes, 6 de febrero de
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Los fariseos con algunos escribas llegados de Jerusalén se acercaron a Jesús, y vieron que algunos de sus discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavar. Los fariseos, en efecto, y los judíos en general, no comen sin lavarse antes cuidadosamente las manos, siguiendo la tradición de sus antepasados; y al volver del mercado, no comen sin hacer primero las abluciones. Además, hay muchas otras prácticas, a las que están aferrados por tradición, como el lavado de los vasos, de las jarras y de la vajilla de bronce.

 

Entonces los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: “¿Por qué tus discípulos no proceden de acuerdo con la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras?”.El les respondió: “¡Hipócritas! Bien profetizó de ustedes Isaías, en el pasaje de la Escritura que dice: Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí.En vano me rinde culto: las doctrinas que enseñan no son sino preceptos humanos.Ustedes dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres”.

 

Y les decía: “Por mantenerse fieles a su tradición, ustedes descartan tranquilamente el mandamiento de Dios.Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre, y además: El que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte.En cambio, ustedes afirman: ‘Si alguien dice a su padre o a su madre: Declaro corbán -es decir, ofrenda sagrada- todo aquello con lo que podría ayudarte…’En ese caso, le permiten no hacer más nada por su padre o por su madre.Así anulan la palabra de Dios por la tradición que ustedes mismos se han transmitido. ¡Y como estas, hacen muchas otras cosas!”.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

Marcos, en su Evangelio, nos va mostrando a Jesús que de modo progresivo revela su identidad en cada acción, en cada Palabra y también en cada encuentro.

 

 

La Palabra de este día nos presenta a los fariseos y doctores de la ley que se acercan a Jesús y se dan cuenta que los discipulos están comiendo con las manos sucias, lo cual los escandaliza, ya que están desoyendo los preceptos, como sigue explicando la Palabra, y no puden no preguntar, ¡porque tus discipulos no cumplen la tradición?

 

 

Jesús les responde duramente, les dice hipocritas citandole al profeta, “este pueblo me honraconloslabios, pero su corazon estálejos de mi” y culmina diciendoles que anulan el mandamiento deDios, por cumplirlatradición.

 

 

Los preceptos y tradiciones terminaron siendo más importantes que el mismo mandamiento de Dios, honra a tu Padre y a tu Madre.

 

 

Los fariseos por tanto cumplir se habian olvidado de que lo importante era un corazón puro, sencillo, que Ame a Dios y al hermano, si bien sus tradiciones buscaban vivir mejor el mandamiento de Dios, tantas normas y cumplimientos olvidaron lo esencial y sólo quedo el gesto externo, cumplian, sí…pero el corazón estaba lejos de Dios….se transformaron en hipocritas.

 

 

Hermosa Palabra la de este día, porque tambien nosotros muchas veces somos externamente re buenos cristianos, vamos a misa, participamos de algun grupo juvenil, rezamos el Rosario o lo llevamos puesto, cumplo pero miento porque mi corazón está lejos de Dios, porque al igual que los fariseos y doctores de la ley, cumplimos pero somos resentidos, porque no miramos con misericordia, sólo miramos, vemos y llamamos la atención en lo que el otro o los otros no cumplen, porque sólo criticamos.

 

 

Señor que pueda siempre dejarme sorprender por tu Palabra que siempre purifica, interpela y me invita a seguir tus huellas dando vida a los demás, que no me refugie en el mero cumplimiento de normas, sino que pueda vivirlas queriendo tener tu corazón, un corazón manso y humilde, un corazon puro, parecido al tuyo.

 

 

Que tengas lindo día, Dios te bendiga

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Radio Maria Argentina