Evangelio según San Juan 13,21-33.36-38

lunes, 10 de abril de
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Jesús, estando en la mesa con sus discípulos, se estremeció y manifestó claramente: “Les aseguro que uno de ustedes me entregará”. Los discípulos se miraban unos a otros, no sabiendo a quién se refería. Uno de ellos -el discípulo al que Jesús amaba- estaba reclinado muy cerca de Jesús.

 

Simón Pedro le hizo una seña y le dijo: “Pregúntale a quién se refiere”. El se reclinó sobre Jesús y le preguntó: “Señor, ¿quién es?”.

 

Jesús le respondió: “Es aquel al que daré el bocado que voy a mojar en el plato”. Y mojando un bocado, se lo dio a Judas, hijo de Simón Iscariote. En cuanto recibió el bocado, Satanás entró en él. Jesús le dijo entonces: “Realiza pronto lo que tienes que hacer”.

 

Pero ninguno de los comensales comprendió por qué le decía esto. Como Judas estaba encargado de la bolsa común, algunos pensaban que Jesús quería decirle: “Compra lo que hace falta para la fiesta”, o bien que le mandaba dar algo a los pobres.

 

Y en seguida, después de recibir el bocado, Judas salió. Ya era de noche. Después que Judas salió, Jesús dijo: “Ahora el Hijo del hombre ha sido glorificado y Dios ha sido glorificado en él. Si Dios ha sido glorificado en él, también lo glorificará en sí mismo, y lo hará muy pronto. Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: ‘A donde yo voy, ustedes no pueden venir’.

 

Simón Pedro le dijo: “Señor, ¿adónde vas?”. Jesús le respondió: “A donde yo voy, tú no puedes seguirme ahora, pero más adelante me seguirás”. Pedro le preguntó: “¿Por qué no puedo seguirte ahora? Yo daré mi vida por ti”. Jesús le respondió: “¿Darás tu vida por mí? Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces”.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


P. Raúl Gómez párroco de la Parroquia Virgen Peregrina de Godoy Cruz en la Diócesis de Mendoza

 

 

 

 

 

 

Nos encontramos en este martes santo. Ya hemos comenzado en este camino de seguimiento tras las huellas del Maestro, de Jesús con el domingo de Ramos, en la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.


En este día la Palabra de Dios nos sitúa en la cena de Jesús con sus discipulos, en donde queda de manifiesto la traición de Judas, en donde Jesús lo da a conocer, pero los demás discípulos no reconocen claramente lo que Jesús está diciendo y haciendo con su gesto de mojar el pan en el plato y entregárselo  a Judas. Por un lado nos queda destacar que en este Evangelio queda manifestada claramente esta traición. También nosotros tenemos que pensar, cuántas veces hemos traicionado, cuántas veces hemos entregado a Jesús, cuántas veces hemos sido infieles a su Palabra, a su Amor, nos hemos negado a ser parte de este plan salvífico.

 

Claramente cada uno de nosotros está llamado a vivir un tiempo nuevo como es este tiempo santo, esta semana santa, estamos llamados a hacer el camino de Jesús,  a experimentar, a aproximarnos a lo que Jesús vivió, a lo que Jesús sintió en su corazón. Por un lado, la traición de Judas y por otro lado la negación de Pedro, que quiere ir a donde está el Maestro, sin embargo Jesús sabe que lo va a negar tres veces.

 

Podríamos pensar en torno a esta Palabra, lo que el Señor nos quiere decir y la invitación clara y profunda que nos hace el Señor, que está muy definida cuando llama a cada uno de sus discípulos y nos llama a cada uno se nosotros: “El que quiera venir detrás de Mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz de cada día y me siga”. Nosotros tenemos dos opciones: seguir el camino de Señor o seguir el camino del mundo, de la oscuridad, de las tinieblas. Jesús nos ofrece un camino se luz. Judas, todo lo que realiza para entregar al Maestro lo hace en la noche; su mirada, su mente, su corazón se nublaron con la oscuridad del pecado, de la ofensa, de la cerrazón y de la incapacidad que tiene Judas en ese momento de no poder reconocer la Luz, la luz que Jesús le ofrece. Judas está nublado.

 

Podríamos pensar cuántas veces nosotros nos hemos nublado, cuantas veces nosotros nos hemos cerrado a la luz del Señor.


Que esta Palabra sea motivo para seguir buscando el amor del Señor. Que el Señor te acompañe y te bendiga a lo largo de todo este día, y durante toda esta semana.

 

Radio Maria Argentina