Jesús estaba hablando a la multitud, cuando su madre y sus hermanos, que estaban afuera, trataban de hablar con él. Alguien le dijo: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren hablarte.» Jesús le respondió: «¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?» Y señalando con la mano a sus discípulos, agregó: «Estos son mi madre y mis hermanos. Porque todo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre.»
Nos encontramos en el evangelio de hoy con una multitud rodeando a Jesús; y sus discípulos, con María, intentando comunicarse con Él. Jesús aprovecha la oportunidad para enseñar algo más profundo: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos? Todo el que hace la voluntad de mi Padre, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre”. Hoy rezamos con un rostro muy especial de la Virgen María, celebrando la fiesta de la Virgen del Carmen, de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Hace cientos de años ella atrajo a una cantidad de hermanos y hermanas nuestras a una vida de oración, primero en una montaña real, como ermitaños la mayoría de ellos, luego en la montaña espiritual de las comunidades contemplativas carmelitas.
Cristianos apasionados por el deseo de Dios, queriendo vivir santamente… y cuántos, de tantas otras espiritualidades, con quienes hoy nos llamamos “Iglesia”, junto con quienes celebramos ser la familia de Jesús. ¡Qué regalo esta familia!
Aprovechá este momento de oración para renovar la alegría de pertenecer a esta comunidad de Jesús, a nuestra Iglesia, a nuestra familia. Especialmente cercanos a María: tomá un escapulario, una medallita o una estampa que te recuerde su protección. Sentí el cariño de la Virgen para que te acompañe en toda tu jornada. ¡Ella es su madre y nosotros sus hermanos!