Cuando ya no busco huir y tan solo acepto lo que es Cuando acojo mi no poder Cuando ya no quiero seguridades sino simplemente dejarte ser Cuando ya no me espantan mis incongruencias sino que sé mirarlas, nombrarlas y en vos me animo a desenmascarar lo que no es bueno para mí ni para otros Cuando logro parar Cuando puedo mirar lo que vas obrando vos, a veces, a pesar de mí y otras conmigo y por medio de mí, Cuando me permito vislumbrar la vida con tus ojos me queda el corazón en ascuas porque estás siempre, incluso cuando no te veo, cuando mi exigencia opaca la Vida, cuando mi ansiedad por querer controlar me ciega a tu Misterio. Vos estás, Jesús, y me amás y me moldeás y te me regalás una y otra vez y el mundo está lleno de Vos, la naturaleza te nombra, el aire que me atraviesa me habla de vos, te haces cercano en quienes caminan conmigo, te haces próximo a mi corazón, me querés con infinita ternura, te quiero con infinito amor. Deseo desear contigo, lo mismo, no otra cosa, ninguna otra, solo quiero saber pedir lo que es bueno para mí. Quiero saber gustar tu voluntad porque en Ti todo es pleno y todo es fuente de Encuentro. Oh Jesús, qué paz siento al saberme en tus manos. Mi vida acabará en plenitud, mis días rebosarán tu amor, mi historia será en vos historia salvación, de libertad, de plenitud, de Encuentro, de alegría, de paz y amistad.