Un doctor de la Ley se levantó y le preguntó para ponerlo a prueba: “Maestro, ¿qué tengo que hacer para heredar la Vida eterna?”. Jesús le preguntó a su vez: “¿Qué está escrito en la Ley? ¿Qué lees en ella?”. El le respondió: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu, y a tu prójimo como a ti mismo”. “Has respondido exactamente, le dijo Jesús; obra así y alcanzarás la vida”. Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: “¿Y quién es mi prójimo?”. Jesús volvió a tomar la palabra y le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y cayó en manos de unos ladrones, que lo despojaron de todo, lo hirieron y se fueron, dejándolo medio muerto. Casualmente bajaba por el mismo camino un sacerdote: lo vio y siguió de largo. También pasó por allí un levita: lo vio y siguió su camino. Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: ‘Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver’. ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones?”. “El que tuvo compasión de él”, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: “Ve, y procede tú de la misma manera”.
Este lunes que es lunes 27 según la liturgia, se nos propone del evangelio de Lucas en el capítulo 10: Joven) -Maestro ¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? le pregunta un joven (Jesús) – Dice , primero para ponerlo a prueba: ¿qué está escrito en la ley?¿qué está escrito en la ley? ¿qué lees en ella? Joven) – ¡Honraras al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con todo tu espíritu y a tu prójimo como a ti mismo!
Entonces ahí el joven le dice: “Esto lo hago”, esto ya lo he hecho desde siempre y entonces ¿y quién es el mi prójimo? la pregunta, y le cuenta, lo que conocemos, la parábola del buen samaritano: Este hombre que es asaltado y el buen samaritano que lo auxilia, pero no lo auxilia y nada más, sino que se compromete con el. Lo carga, lo carga en su montura, lo lleva a un hospedaje y ahí incluso deja dinero, se compromete hasta en lo económico para que lo cuiden.¡Cuidalo! y lo que gastes de más te lo pagaré al volver
Entonces la pregunta final: ¿cuál de los 3, te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones? Joven) – El que tuvo compasión de él.
El que tuvo compasión de el. Amarás al Señor tu Dios, amarás a tu prójimo como a ti mismo. La compasión.
¿Somos compasivos? ¿Comprometo toda mi vida, con el dolor del otro? ¿con la angustia del otro? ¿con lo que le pasa al otro? ¡como me gustaría que lo hiciera conmigo. Porque así dice, “la respuesta” que está escrita en la Ley.Y lo que dice Jesús ¿cuánta compasión tengo?
Les propongo para este día, se los propongo así: “vivir el mandamiento del amor”. Animarnos Amarás a Dios sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mi mismo.
Y a animarte a tener un día lleno de compasión, compasión conmigo quizás con defectos que tengo, errores que tengo. Dolores, heridas, y compasión para con los demás. Hacer el esfuerzo, vivir un día de compasión, vivir un día compasivo.
Y después a la noche, cuando lo evalúe, sentir la serenidad que he estado respondiendo a lo que, el Señor me pide pero sobretodo también, a que he tenido y tengo una vida compasiva.
Después me cuentan, si nos encontramos alguna vez, cómo les fue.
Que tengan un día compasivo.