Martes 11 de Octubre de 2022 – Evangelio según San Lucas 11,37-41

lunes, 10 de octubre de
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Cuando terminó de hablar, un fariseo lo invitó a cenar a su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que no se lavara antes de comer. Pero el Señor le dijo: “¡Así son ustedes, los fariseos! Purifican por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de voracidad y perfidia. ¡Insensatos! El que hizo lo de afuera, ¿no hizo también lo de adentro? Den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro.

 

Palabra de Dios

P. Matías Burgui, sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

 

 

El Evangelio de este día martes nos ayuda a entender un poco a qué se refiere el Señor cuando habla del verdadero discipulado. El discípulo no tiene que vivir en el cumplimiento, sino más bien llevar a la práctica el seguimiento del Señor. Dice la Palabra que un fariseo invitó a cenar a su casa al Señor. Todo el mundo sabía quiénes eran los fariseos, eran personas que aparentaban algo por fuera, pero por dentro vivían otra vida. Creo que el fariseísmo es algo de lo que vos y yo nos tenemos que cuidar todo el tiempo para no caer y ojo, eh, porque es más común de lo que creés. La falta de coherencia también es fariseísmo. Por eso te propongo algunos síntomas de fariseísmo para que tengas en cuenta:

En primer lugar, hacer todo por obligación. Quien vive en el fariseísmo o no ha descubierto o se ha olvidado de las verdaderas motivaciones en su vida, entonces lo único que le queda es la obligación del cumplimiento por el cumplimiento mismo. La salvación no llega a tu vida solamente por el hacer, sino más bien por reconocer que Dios está con vos y que te ayuda a caminar si lo dejás. Quien cae en el cumplimiento, piensa que la vida es una lista de supermercado donde hay que ir tachando ítems. Esto no pasa por el famoso “si no lo sentís, no lo hagas”, ese es el otro extremo. Por qué hoy no tratás de profundizar en esta idea: ¿qué es lo que te está moviendo, cuáles son tus motivaciones para encontrarte con Dios en este día?

En segundo lugar, estar pendientes de los demás. Vemos la actitud de este fariseo que estaba más preocupado por la normativa de purificación que por Jesús mismo, estaba más atento a lo externo que lo que verdaderamente importaba que era el interior. Cuántas veces, con cuánta frecuencia nos sucede también lo mismo a nosotros. Estamos más atentos, más preocupados por lo exterior que por lo que verdaderamente somos o son los demás. Cuántas veces nos preocupamos más por el qué dirán en vez de preocuparnos por ser verdaderamente desde dentro lo que Dios quiere que nosotros seamos. Y cuánto nos cuesta también valorar conocer y reconocer al otro como es y no por lo que aparenta, nos llenamos de prejuicios o, peor aún, exigimos al otro cosas que ni siquiera nosotros mismos vivimos o intentamos vivir. Por eso qué lindo que vos puedas encontrarte con tu hermano y recibir la vida como viene. ¿Estás siendo muy prejuicioso? ¿Cuándo fue la última vez que le pediste perdón a alguien por haber tenido prejuicios de él o de ella? Ojo, eh. No pierdas la capacidad de conocer verdaderamente a las personas que Dios te está regalando en el camino.

Por último, cuidá lo interior. Lo que Jesús detesta, lo que a Jesús lo saca de las casillas, es la falsedad, la doble vida, la doble personalidad, la falta de coherencia. Por eso con los fariseos usa frases fuertes, usa frases tremendas: así son ustedes, los fariseos, purifican por fuera la copa y el plato y por dentro están llenos de voracidad y de perfidia. Quizás lo más importante para no caer en el fariseísmo sea cultivar una vida interior buena. Descuidar la vida interior es algo de lo que se empieza de a poco: un día no rezo, el otro día ya dejo de ir a misa o me canso de ir al grupo o a la parroquia, dejo de leer algún librito de espiritualidad, o de orar con la Palabra. Ya me levanto y me olvido de Dios, y cuando me acuesto, estoy muy cansado para orar. Me vuelvo indiferente para ayudar a los demás, me vuelvo criticón… Bueno, son cosas que te pueden ayudar a revisar cómo viene tu vida interior y cómo viene tu contacto con el amor de Dios. Lo que es importante, es orientarnos a eso, al amor de Dios. Es como con las plantas, ¿no? Que necesitan de la luz del Sol para hacer la fotosíntesis. Bueno, si vos te quedas en la oscuridad, te va a estar faltando la luz de Dios para que tu vida espiritual empiece a darte energía. ¿Qué vas a hacer hoy para ocuparte de tu vida espiritual? Acordate lo que dice Jesús: den más bien como limosna lo que tienen y todo será puro. Ahí el Señor verdaderamente te empieza a purificar.

Que tengas un buen día y que la bendición de Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te acompañe siempre. Amén.