Me regalás el don de amar lo que es, de gustar el presente. Me das tu mirada misericordiosa para mirar mis procesos, sabiendo agradecer lo que es, sabiendo esperar lo que todavía no. ¡Qué paz vivir en Vos!
El ritmo de este tiempo es intenso y la tentación a robotizarme me sale al encuentro con mayor frecuencia, mas tu amor no lo permite. Voy viviendo, sabiéndome viva, a veces gozosa, otras más atravesada por el cansancio, la frustración o la desesperanza pero siempre humana.
¡Hay tiempo y ese es mi gozo hoy! Hay tiempo para el Encuentro, el nuestro y con otros. Hay espacio para las charlas con amigos, algunas más cotidianas, otras más profundas (todas necesarias). Hay tiempo para abrazar y dejarme abrazar, de saber estar en el Amor y gustar.
Tiempo para mirar y cuidar a otros, para mirarme y cuidarme a mí misma, para mirarte y cuidar nuestro vínculo. Hay tiempo para detenerse a agradecer el cielo, sus colores, las flores, la tierra húmeda ,el aire rozando la cara, las hojas mojadas, las manos de mi padre, los abrazos de mi madre, mi cuerpo en movimiento, un vínculo de amor que crece enraizado en Dios, las risas con mis padrinos, el gozo de mis alumnos, la presencia acogedora de Romi, el ruido de la lluvia, la música, los compañeros de camino y este corazón que por Vos vive, en Vos permanece y que solo en tu Amor es libre.
¡Hay tiempo! ¡Cada día hay tiempo para que tu Vida nos salga al Encuentro! ¡Qué alegría! Esperanzadora certeza. ¡Ojalá cada día sepa detenerme a buscarte en lo escondido, en lo sencillo, en lo menos pensado, en lo más cotidiano!