Dichosos, Señor, los ojos que ven Vida en cada rincón y en cada ser
Dichosos, Señor, los ojos que no saben de rencor
Dichosos los ojos que miran con esperanza
Dichosos los ojos que ven posibilidad
¡Dichosos los ojos agradecidos!
Dichosos los ojos que saben mirar más allá de sí mismos
¡Dichosos los ojos descentrados!
Dichosos los ojos que se asombran ante lo sencillo y gustan de lo cotidiano
¡Dichosos aquellos que sepan mirar como niños!
Dichosos los ojos que ven el sol, las flores, la ternura hecha gesto, el amor de los padres, el inmenso regalo que es la vida de cada amigo, el plato en la mesa, las manos cercanas, el mate compartido, la rutina habitada de Vida
¡Dichosos los ojos que al mirar aman!
¡Dichosos los ojos que gracias al Amor miran!
Dichosos los ojos que ven porque lo tienen todo, han descubierto ya lo más hondo de los días, lo más puro de la existencia, ¡Gloria al Amor Porque han gustado el regalo de VIVIR!