Evangelio según San Juan 17,20-26

miércoles, 31 de mayo de
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Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo: “Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

 

Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno -yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé cómo tú me amaste.

 

Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos”.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 

Seguimos escuchando a Jesús, en el marco de la ultima cena, hoy en lo que llamamos, la oracion sacerdotal de Jesús. Antes de entregar su vida, Jesús pide al padre por todos y por cada uno.

 

 

Nosotros escuchamos y recibimos este pedido de Jesús a pocos días de celebrar la fiesta de pentecostes, también pidiendo el Don del Espiritu, que nos haga hermanos, que nos haga comunidad.

 

 

Es hermosa la oración de Jesús, simple, profunda y siempre pensando en nosotros, que estamos llamados a ser sus discipulos misioneros, y en aquellos que creerán en Él, gracias a tu testimonio de discipulo misionero

 

El señor pide: Quetodosseanuno,paraqueelmundocreaquetumeenviaste

 

 

La unidad es don de Dios y también nuestra tarea, estamos llamados a pedir siempre e insistentemente al Padre por la unidad de nuestras familias, de nuestras parroquias, de nuestra Patria, y de igual igual modo, estamos llamados a ser instrumentos de unidad, reconociendo al otro como hermano, Hijo del mismo Padre Dios.

 

 

Cuánto que necesitamos la unidad, cuanto que tenemos crecer en el reconocer en el otro a un hermano y reconocer que que si trabajamos en la unidad, además de pedir la Gracia, será el primer signo, mas que elocuente, de que Jesús esta Vivo haciendo fecunda toda nuestra vida.

 

 

Estas distanciado de alguien, estas peleado o enojado, hacele caso a Jesús en su pedido, pone de tu parte lo necesario, para que Jesús Sonria, para que tu vida sonria, Acercate, perdona, encontrate, reconoce al otro como hermano.

 

 

Señor Jesús, aquí esta mi vida, que quiere seguirte, aquí esta mi corazon de discipulo, me uno a tu oración, pidiendo al Padre la Unidad y poniéndome también a trabajar por ella. Danos tu Espiritu Santo, que Él nos Sane, custodie, nos de luz, para ser testigos tuyos.

 

 

Que tengas lindo día, Dios te bendiga.

 

 

Radio Maria Argentina