Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los mandamientos?».
Jesús respondió: “El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas.
El segundo es: Amarás a tu prójimo como a tí mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos”.
El escriba le dijo: “Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios”.
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: “Tú no estás lejos del Reino de Dios”. Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón sacerdote de la Arquidiócesis de Rosario
Llenos del Espiritu de Jesús, volvemos a la vida cotidiana, queriendo y buscando escuchar a Jesús. Hoy la Liturgia nos regala este fragmento del evangelio de Marcos, en el cual contemplamos uno de los encuentros de Jesús, con sus cuestiones y enseñanzas.
Hoy se le acerca un maestro de la Ley, preguntándole ¿Cúal es el mandamiento más importante? Y Jesús sin vueltas, le responde: Escucha Israel, el Señor, nuestro Dios, es el único Señor. Amarás al Señor con toda tu alma, tu mente y todas tus fuerzas. Uniendo a este, el segundo mandamiento: amaras a tu projimo como a tí mismo.
Toda la vida Cristiana, toda la vida del hombre, se sintetiza en el Amor, a Dios, como centro de todas nuestras acciones, porque es el unico Señor, a Él la totalidad de todo nuestro amor, que si es pleno y total, nos lleva siempre al Amor al projimo como a uno mismo. Si reconozco a Dios, creo en Él como Padre, no puedo reconocer al projimo como alguien lejano y desconocido, sino como hermano, hijo de un mismo Padre, el amor al projimo, al hermano manifiesta en lo cotidiano mi amor a Dios.
Me atrevo a decirte y preguntarte, ¿cómo te llevas con tu familia, como tratas a las personas que en lo cotidiano te cruzas? Y te diré como andas en el amor a Dios. Si siempre andamos criticando, si siempre estamos peleando, si siempre pasamos de largo, no puedo decir que estoy amando mucho a Dios, ¿no te parece??
Cuando ponemos en el centro de nuestro corazon a Dios, decidiendo amarlo con toda nuestra vida, siempre el otro será mi hermano. El Papa Francisco nos decia en “la alegria del evangelio”:
“El modo de relacionarnos con los demás que realmente nos sana en lugar de enfermarnos es una fraternidad mística, contemplativa, que sabe mirar la grandeza sagrada del prójimo, que sabe descubrir a Dios en cada ser humano, que sabe tolerar, que sabe abrir el corazón”
La colecta nacional de Caritas, que se realizará este proximo fin de semana, nos deja como lema, “Si ves en el otro a tu hermano, nadie puede quedar excluido” hermoso camino para acrecentar nuestro amor a Dios y al projimo, oportunidad para decidir de modo nuevo vivir este mandamiento principal que nos deja la palabra de este día.
Que tengas lindo día, Dios te bendiga