Abandonarás y te darás cuenta que sigue intacta la Vida incluso en tu fragilidad, no te culparás, acogerás tus límites, tu posibilidad, te reconciliarás con tu vulnerabilidad, dejarás de torturarte por no encajar en tus propias estructuras, por no realizar tus planes, acogerás mansamente tu cansancio, volverás a empezar. Gustarás lo que cada tiempo trae sin nostalgias de tiempos mejores, sin resignación sino aceptando y gustando el hoy y su posibilidad.
No serás un robot, tampoco un león devorador. Aceptarás tu humanidad, te cuidarás, le darás a tu cuerpo lo que es bueno. Sabrás abrazar y amar tu humanidad.
Confiarás en el Dios de la Vida, harás espacio dentro, lo dejarás habitar, cuidarás artesanalmente este corazón pobre y sencillo. Te contarás la historia de tu salvación, te la anunciarás. Confiarás en el Dios que vendrá.