Vení y ve porque has visto algo
pero lejos estás de haberlo visto todo
Algo has entendido
de la hondura del amor
pero lejos estás de abarcarlo
en su inmensidad
Vení y ve,
descalzate de lo que ya sabés,
confiá como la primera vez,
caminá tu sendero en humildad
Ni maestra, ni entendedora,
ni profeta, ni elegida,
sino discípula amada
llamada a amar y servir.
Allí donde hoy estés,
haciendo camino con otros,
compartiendo el andar,
festejando otros pasos,
dejándote abrazar
y a veces cargar cuando
ya no puedas más
Es que te vas a romper
más de una vez,
es la ley de la vida,
la contracara del amor
es el dolor
Y aun así vale el riesgo,
la entrega,
la vida toda dada sin medida,
sin motivos ulteriores,
sin deseos vanos
más que el anhelo
de responder a una llamada:
“Sígueme”
y en esa respuesta
irte gastando,
aprendiendo a cada paso,
abierta a desprenderte de lo sabido
para dejarte sorprender por lo nuevo
Humilde aprendiz
del arte de vivir,
en el camino del seguimiento
de Cristo para en todo amar y servir.