Vuélveme sencillo el corazón, Señor Jesús.
Tu amor y gracia me bastan. Confío en Ti.
Guíame a Ti, Dios escondido, Dios amor.
Hazme amar en paciencia y misericordia,
en confianza y en generosidad,
en lo cotidiano, en la entrega,
en la fidelidad de cada día.
Que se goce mi alma en vivir las bienaventuranzas,
que sea feliz siendo misericordiosa,
paciente, trabajando por el Reino,
siendo mansa y obediente.
Sea yo feliz en mi pobreza,
sea yo feliz siguiéndote a Ti.
Confío en Ti, Señor Jesús.