Al salir de allí atravesaron la Galilea; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: “El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará”. Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas. Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: “¿De qué hablaban en el camino?”. Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande. Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: “El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos”. Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: “El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado”.
La Palabra nos sigue invitando a seguir las huellas de Jesús, a seguir su camino, como lo hicieron sus discipulos. Mientras iban de camino, después de ser participes de sus milagros, gestos y palabras, después de reconocerlo como Mesías, Jesús les anuncia por segunda vez lo que le va a suceder, su pasión, pero ellos no solo no comprenden, sino que además discuten entre ellos para ver quien era el mas importante, ante lo cual, el Señor los sigue formando, les sigue enseñando, “El que quiera ser el primero que se haga servidor de todos”
Los discipulos no comprendian, y discutian entre ellos sobre quien era el más grande, el más importante, dice la Palabra de este día, que sin dejar de mostrar lo que les costaba a los discipulos entender a Jesús, también manifiesta sus debilidades, sin ningun reparo.
Jesús anunciaba su entrega, su querer redimir por medio del sufrimiento y los que tenian que escucharlo, discutian. ¿Qué habra sentido el Señor en esos momentos? Sin embargo, los sienta en derredor y los sigue formando, el más grande es quien sirve, el servidor de todos.
Que interesante sería que hoy, como discipulo de Jesús, reconociendo su obrar no solo en mi vida, sino tambien en el mundo, pudiesemos comprender y vivir su vida, estando al servicio, queriendo entregar la vida, como El nos enseño.
Que los discipulos no comprendieran, discutieran entre si por saber quien era más grande, tiene una cierta razon, estaban conociendo a Jesús como Mesías y todavia no habian recibido su Espíritu, el problema somos nosotros, que después de más de 2000 años y a pesar de que decimos creer el Él, como Señor, Mesías y Salvador, seguimos discutiendo, murmurando, y o peléandonos entre nosotros, en vez de estar al servicio.
Señor Jesús, gracias, por buscarnos siempre, por salvarnos, por darnos tu Gracia, gracias Señor por entregar tu vida, por enseñarnos a ser servidores. Y tenenos paciencia, si Señor, paciencia, porque seguimos sin comprenderte o prestarte atencion, porque seguimos discutiendo entre nosotros, porque muchas veces nos ponemos nosotros en primer lugar. Que tu Gracia nos siga transformando a imagen tuya para ser sal y luz Que tengas lindo día, Dios te bendiga