Evangelio según San Mateo 13,36-43

lunes, 31 de julio de
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Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: “Explícanos la parábola de la cizaña en el campo”. 

 

El les respondió: “El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre;  el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. 

 

Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. 

 

El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal,  y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. 

 

Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!” 

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

 

 Nos encontramos en torno a la Palabra del Señor, en este día que Él nos regala y nos presenta a la luz del Evangelio de San Mateo. Vemos a Jesús que se retira luego de haber estado con la multitud, luego de haber estado con los enfermos, con aquellos que lo buscaban. Jesús se retira a su casa, a su lugar de descanso; y allí en la intimidad los discípulos le piden que les explique la parábola de la cizaña, donde Jesús pone de manifiesto esa explicación clara y precisa: la buena semilla son los hijos de Dios, la tierra es el mundo, la cizaña son aquellos que son guiados por el enemigo, el sembrador de la cizaña es el enemigo, la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles, en donde seremos juzgados cada uno de nosotros en la medida en que podamos en todo servir al Señor y agradarlo en lo cotidiano, en el día a día.

 

¿Qué significa para nosotros esta parábola? Significa que debemos estar atentos a que la buena semilla del amor de Dios siga creciendo en nuestro corazón, pero también atentos a la cizaña. Esa cizaña que nos perturba, que nos confunde, que no nos permite ver lo que Dios nos va regalando día a día.

 

Pidámosle al buen Dios que podamos reconocer, entender y descubrir su mensaje expresamente a través de las parábolas que son el modo en que Jesús ha querido comunicarse con sus discípulos y en ellos con cada uno de nosotros.

 

Que esta Palabra sea para ti en este día  luz y guía, y que podamos ser también esa buena semilla que Jesús ha querido hacer de nosotros para el mundo. Ya que el mundo necesita hoy de hombres y mujeres que se animen a hacer constantemente el bien. Que Dios te bendiga mucho.
 

 

Oleada Joven