Jesús dijo:”Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños.Sí, Padre, porque así lo has querido.Todo me ha sido dado por mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, así como nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.”Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré.Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio.Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.”
¡Feliz día del Sagrado Corazón de Jesús!
Celebramos hoy la fiesta como dice el Papa Francisco de la máxima expresión humana del amor divino, El Corazón de Jesús, que nos ha revelado su Misericordia en su entrega hasta el final.
Seguramente sabias, que ésta fiesta tiene larga historia. Si bien, desde los comienzos se adoraba el corazón de Jesús, en el año 1675 Jesús se le revela a una monjita, Maria Alocoque, pidiendo que difunda su devosión y pidiendo una fiesta y prometiendo entre otras cosas: “mi amor todopoderoso otorgará a todos aquellos que reciban la Sagrada Comunión los primeros viernes por nueve meses consecutivos la gracia de la perseverancia final.; no morirán en desgracia, ni sin recibir sus sacramentos. Mi Corazón divino será su refugio seguro en este último momento “.
Desde el 1800 y pico se celebra universalmente la fiesta en su honor, siempre el viernes después de corpus Cristi. y siempre es una oportunidad para renovar la certeza de que su corazón misericordioso nos ama tanto que quiere recibirnos, redimirnos y salvarnos.
Vengan todos los que están afligidos ya agobiados y yo los aliviare, Cada vez que salimos a su encuentro en la Eucarístia, en al oración, no sólo somos beneficiarios de su promesa sino que también, experimentamos su presencia que fortalece y acompaña.
A Él manso y humilde de Corazón, le pedimos un corazon semejante al suyo, que sepa orar como Él lo hizo, que siempre pueda recibir y ser alivio para aquellos que están afligidos, agobiados, heridos.
Acercarnos a su corazón, en la Eucarístia requiere de nosotros, la decisión de tener sus sentimientos, sus actitudes, no podemos ser depositarios de sus promesas sino buscamos amar a los hermanos, como Él nos ama.
Gracias Jesús por darnos tu corazón palpitante y misericordioso, que seamos semejantes a Tí.
Que tengas lindo día, Dios te bendiga.