Evangelio según San Mateo 19,16-22

jueves, 17 de agosto de
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Luego se le acercó un hombre y le preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?”. 

 

Jesús le dijo: “¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos”. 

 

“¿Cuáles?”, preguntó el hombre. Jesús le respondió: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 

 

El joven dijo: “Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?”. 

 

“Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme”. 

 

Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes. 

 

 

Palabra de Dios

 

 


 

P. Javier Verdenelli sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

 

El evangelio de hoy nos narra la historia del joven que pregunta por el camino de la vida eterna. Jesús le indica el camino de la pobreza. El joven no acepta la propuesta de Jesús, porque era muy rico y una persona rica está protegida por la seguridad que le da la riqueza. Agarrada a las ventajas de sus bienes, vive preocupada en defender sus propios intereses. Una persona pobre por lo general no tiene esta preocupación, pero hay pobres con mentalidad de ricos. Muchas veces, el deseo de riqueza crea en ellos una enorme dependencia y hace que el pobre sea esclavo del consumismo, queda teniendo deudas por todos los lados. Y no tiene más tiempo para dedicarse al servicio del prójimo.

 

El joven había preguntado por la vida eterna. ¡Quería la vida junto a Dios! Pero Jesús sólo recordó los mandamientos que hablan respecto de la vida junto al prójimo! Para Jesús, sólo conseguiremos estar bien con Dios, si sabemos estar bien con el prójimo. La puerta para llegar hasta Dios es el prójimo.

 

El joven observaba sin saber ¡para qué servían estos mandamientos! Si lo hubiera sabido, no hubiera hecho la pregunta. Le sucede como a muchos de nosotros que no sabemos el porqué cumplimos normas sin conocer el profundo sentido.

 

La observancia de los mandamientos es apenas el primer grado de una escala que va mucho más lejos y más alto. ¡Jesús pide más! La observancia de los mandamientos prepara a la persona para que pueda llegar a la entrega total de sí a favor del prójimo. Marcos dice que Jesús miró al joven con amor (Mc 10,21). Jesús pide mucho, pero lo pide con mucho amor. El joven no acepta la propuesta de Jesús y se va, “porque tenía muchos bienes”.

 

 

Para la reflexión personal

 

Una persona que vive preocupada con su riqueza o con la adquisición de los bienes que la propaganda le ofrece, ¿puede liberarse de todo esto para seguir a Jesús y vivir en paz en una comunidad cristiana? ¿Es posible? ¿Qué pensás?

 

¿Qué significa para nosotros hoy: “ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres”? ¿Es posible tomarse esto al pie de la letra? ¿Conoces a alguien que consiguió dejarlo todo por causa del Reino?

 

Oleada Joven