Lunes 25 de Septiembre de 2023 – Evangelio según San Lucas 8,16-18

viernes, 22 de septiembre de
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Jesús dijo a la gente:”No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener”.

Palabra de Dios

Padre Matías Burgui | Sacerdote de la Arquidiócesis de Bahía Blanca

La palabra de hoy nos invita a seguir sembrando el Evangelio en este mundo y qué lindo que es ver cómo Dios nos mira, cómo Dios nos sigue amando, brinda oportunidades, nos da fuerzas nuevas, nos levanta del pozo, sana nuestras historias. Así mira a Dios, ¿no?, bendiciendo tu vida para que sigas adelante si lo dejas. Jesús te deja hoy en esta palabra, en este Evangelio, tres sencillas frases para que pienses cómo venís transmitiendo el anuncio de Dios, de la buena noticia, a los demás.

En primer lugar, ponete a iluminar. Dice la palabra, no se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero para que los que entren vean la luz, ver la luz. Es como si les dijera a los discípulos Jesús y a nosotros también, las cosas que vos acabas de escuchar no te las podés guardar, sino que debes irradiarlas a los demás. Como cristiano, si hay algo que no te puede faltar además del amor, es el testimonio. Un cristiano sin testimonio es un cristiano vacío. Esa tiene que ser tu mayor realización. Vos y yo tenemos que vivir en la luz, de eso se trata, pero para hacer luz primero tenés que dejarte iluminar. Así que hay que hacer el ejercicio de acción de gracias. Fijate y pregúntate quiénes a lo largo de tu vida te han ido iluminando, quiénes a lo largo de tu vida te han ido señalando el camino y quiénes aún hoy lo siguen iluminando. Si podés, dales las gracias y rezá por ellos, pero también vos ponete a iluminar y a hacer lo que los demás hicieron por vos.

En segundo lugar, viví la transparencia. Dice el Señor, no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido o divulgado. Tenés que tratar de ser lo más transparente posible. Y sí, no te lo voy a negar, es difícil vivir así, vivir con sinceridad, con apertura, vivir sin miedo a la crítica, en la caridad, en la verdad. Bueno, cuesta. Muchas veces este mundo tan hipócrita nos quiere llevar a aparentar a que usemos caretas, a que no seamos nosotros mismos. Más si queremos ser verdaderos discípulos de Jesús. El verdadero discípulo de Jesús incomoda y molesta al mundo de hoy. Cuesta que nos toleren, que nos acepten, que nos tengan paciencia. Bueno, hoy el Señor también te dice, todo lo que no tienen con vos, vos lo tenés que practicar con los demás, porque no hay nada oculto que no se descubra algún día. Qué lindo acordarnos hoy de esa frase de San Juan de la Cruz, en el ocaso de nuestros días seremos juzgados en el amor. Pregúntate cómo viene tu amor hoy, ¿estás amando o estás condenando? Por último, compartí. El Señor termina diciendo que al que tiene se le dará, pero al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener. Frase complicada de entender y de explicar, pero en el camino de la fe el que no avanza retrocede y el que no se vacía no se llena. La fe no la podemos vivir individualmente, es necesario compartir y si no compartís te vas a ir secando, te vas a ir quedando solo, sola, y no cuando todo está bien. Compartir es siempre, cuando justamente la cosa se complica. Así que dale, no seas egoísta, compartí, no te la creas, y acordate que quien quiera quedarse con lo que recibe sin compartirlo con los demás pierde aquello que tiene.

Te dejo por último la oración de San Francisco, que quizás nos pueda servir para unir el evangelio de hoy a nuestra vida:


Señor, haz de mí un instrumento de tu paz,
donde haya odio que yo lleve el amor,
donde haya ofensa que lleve el perdón,
donde haya discordia que lleve yo la unión,
donde haya duda que lleve yo la fe,
donde haya error que lleve la verdad,
donde haya desesperación que lleve la alegría
y donde haya tinieblas que lleve la luz.
Maestro, hace que yo no busque tanto ser consolado sino consolar,
ser comprendido como comprender
y ser amado como amar,
porque es dando que se recibe,
perdonando que se es perdonado
y muriendo que se resucita para la vida eterna.
Te dejo la bendición de Dios que es Padre, Hijo y Espíritu Santo y que tengas un muy buen día.