Un corazón al estilo de Betania

martes, 8 de octubre de
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La vida cotidiana puede ser como un tren de alta velocidad; no nos paramos a ver los pequeños detalles, las pequeñas estaciones. Al final del día terminamos con un cansancio tan grande que, en nuestra estación final, en la noche, sólo queremos dormir porque sabemos que tenemos que volver a correr el día siguiente.Todos llevamos una Marta y una María en el interior. A veces Marta, la inquieta, puede dominar más en las prisas, pero hay que sacar a María también. María escuchaba y contemplaba al Señor. Ésa es la mejor parte que no le será quitada. Hagamos en este día de nuestro corazón como la casa de Betania. Acojamos a Jesús a pesar de la prisa y el ruido, detengamos nuestra mirada en la belleza del paisaje que nos ofrecen las estaciones de nuestro tren. Servir y contemplar es uno de los binomios que deben motivar nuestra vida como cristianos y apóstoles

Hermana Debora Evangelina Vargas