Cuando estaba por cumplirse el tiempo de su elevación al cielo, Jesús se encaminó decididamente hacia Jerusalén y envió mensajeros delante de él. Ellos partieron y entraron en un pueblo de Samaría para prepararle alojamiento. Pero no lo recibieron porque se dirigía a Jerusalén.
Cuando sus discípulos Santiago y Juan vieron esto, le dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos caer fuego del cielo para consumirlos?”. Pero él se dio vuelta y los reprendió. Y se fueron a otro pueblo.
Palabra de Dios
P. Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza
Nos encontramos en torno a la palabra del Señor, hoy el Evangelio de San Lucas nos relata esta situación casi al final ya de Jesús histórico, que está por cumplir la misión del Padre, de anunciar el reino de los cielos, se encamina decididamente hacia Jerusalén. Allí Jesús va a dar muestras claras y precisas de su misión de salvación para cada uno de nosotros. Jesús carga sobre sí el peso de nuestros pecados por eso se decide ir allí, es el lugar que Dios ha pensado para manifestar su Gloria, su poder y su amor.