Amarás a Dios con todo tu ser y a tu prójimo como a ti mismo. «No hay mandamiento mayor que estos».El amor rige sobre cualquier otro precepto. Es una red de misericordia que circula entre Dios y sus criaturas.
Una línea vertical, entre Dios y los individuos; otra horizontal, en que el amor hermana a todos. Se cruzan. En la cruz se consumará el amor extremo de Cristo.