Jesús dijo a sus discípulos:
“Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle:
‘Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle’, y desde adentro él le responde: ‘No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos’.
Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario. También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre.
¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una piedra cuando le pide pan? ¿Y si le pide un pescado, le dará en su lugar una serpiente? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquellos que se lo pidan!”.
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón sacerdote de la Arquidiócesis de Rosario
Seguimos caminando tras las huellas de Jesús, en este mes de las misiones, mes del Rosario, invitados y llamados a orar de modo insitente por las misiones y misioneros, por intercesión de Maria, invitados también a ser cada uno de nosotros discipulos misioneros.
La Palabra de este día, que continua la oración del Padre Nuestro, que escuchamos ayer, nos hace dar un pasito más. Si creemos que Dios nos ama como Padre, tendremos confianza en Él y esa confianza se manifiesta de modo concreto en la insistencia y constancia de nuestra oración. “Pidán y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. “La oración del Pare nuestro, la oración insistente y confiada, es la oración de quien cree y confía en este Dios que es” El Padre Bueno “que siempre escucha.
La oración confiada e insitente siempre resulta y es eficaz, y más aún, como nos dice Jesús nos da siempre el Espiritu Santo, la fuerza que nos permite vivir y anunciar el Reino, la presencia del Dios vivo.
Dios que es El Padre bueno, sabe que en realidad lo que necesitamos en todas nuestras necesidades, es su Espíritu, que nos sostenga, que nos sane, que os hermane, que nos anime, que nos impulse, que nos haga testigos.
“…la oración, ante un problema, una situación difícil, una calamidad, es abrir la puerta al Señor para que venga. Porque Él hace nuevas las cosas, sabe arreglar las cosas, ponerlas en su sitio. Rezar es esto, abrir la puerta al Señor para que pueda hacer algo. Pero si cerramos la puerta al Señor, no puede hacer nada”. (Papa Francisco)
Que el Señor nos regale la Gracia de experimentar siempre su amor de Padre Bueno, y como hijos poder compartir y estar con Él, como diriá Santa Teresa, estando a Solas con Quién sabemos que nos Ama, para ser siempre testigos de su Amor, de su fidelidad, de su Misericordia.
Que tengas lindo día, Dios te bendiga