Sacudan hasta el polvo de sus pies

jueves, 10 de julio de

(Mateo 10,7-15)

Este manual de instrucciones de Jesús para el que sale en misión tiene un punto que parece muy drástico: «si no los reciben ni quieren escuchar sus palabras, al irse de esa casa o de esa ciudad, sacudan hasta el polvo de sus pies. Les aseguro que, en el día del Juicio, Sodoma y Gomorra serán tratadas menos rigurosamente que esa ciudad».

Es como si se exigiera una conversión inmediata, precocida, instantánea, como tantas comidas casi predigeridas que tenemos hoy en día. Como si se instruyese a no imponer: «no impongan, que cada uno decida…», pero en la comparación con Sodoma y Gomorra apareciera un «¡ya van a ver!».

Sucede que todo el capítulo 10 de Mateo es fuerte. Fuerte porque golpea. Previene incluso acerca de las divisiones y las guerras que la Palabra traerá. No para evitarlas, sino para advertirnos acerca de la naturaleza humana: la libertad de elección, cuando no se rinde a la fuerza gravitacional del Amor, traerá disputas inconciliables. Entre quienes orbitan en torno a él y los desorbitados, que siguen sus intereses.

Nos previene. Si no te aceptan, no te lleves la carga. Dejá atrás la situación y continuá. Dejá a quien no quiere escuchar en manos de Dios, y rezá por esa persona.