“En aquellos días, María partió y fue sin demora. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel.
María permaneció con Isabel unos tres meses”. Lucas 1,39-40.56.
“El alma abrasada de amor no puede quedarse inactiva” dijo Santa Teresita, y es tal cual lo que pasa en la Visitación: María ardía de Amor, ya que el Amor de los Amores la habitaba.
Y partió sin demora: a anunciar, alabar, servir, amar. Permanecer.
Pidamos al Señor por intercesión de nuestra Madre María la gracia de sabernos habitados por Él, de ser dóciles al Espíritu Santo y ponernos en movimiento, al servicio de nuestros hermanos.
Que el Amor nos conduzca.