Mujer de hoy… ¿Qué llevas en la cartera?

martes, 31 de enero de
image_pdfimage_print

En estos tiempos la figura de la mujer tiene un papel de gran impacto e influencia en todos los escenarios donde se desarrolla. La mujer de hoy, tiene mayores responsabilidades porque ha asumido un rol diversificado. Se mueve a favor de la necesidad de su familia, de las demandas del trabajo y las exigencias de un mundo lleno de retos ante su figura.

 

Es por esto, que cada día más mujeres se enfrentan cara a cara a niveles de frustración elevados, auto rigidez, e inclusive pudieran experimentar cambios a nivel emocional que afectan su desempeño. Por eso, la mujer de hoy necesita tener claro que en medio de todas esas exigencias, debe mantener un control y un balance, que le ayudará a minimizar momentos de crisis.

 

En la palabra de Dios la mujer ha sido resaltada por su gran aportación, y hemos visto como Dios nos presenta mujeres de guerra, que se levantan con un gran liderato. No obstante, no podemos perder de perspectiva que esas mujeres han sido dotadas de herramientas y estrategias para levantarse y para asumir con responsabilidad su llamado. Por ejemplo; María, Débora, Ester, entre muchas otras, que recibieron el depósito de Dios para hacerle frente a eso que el mismo Dios las llamó. Mujer de hoy; ¿Qué llevas en tu cartera? Para la mujer la cartera es sinónimo de elegancia, de distinción fémina, en fin, un accesorio que nos agrada llevar. Y muchas veces tenemos varias carteras; de diferentes marcas y estilos, pero la mayoría del tiempo trasladamos lo que tenemos, de cartera a cartera.

 

Esa cartera representa nuestra vida y en ella colocaremos lo que necesitamos para manejar los retos a los que nos enfrentamos diariamente:

 

1. Reloj: es importante reconocer que para todo hay un tiempo y que es de sabios hacer buen uso de él. Marca el tiempo que tienes para cada responsabilidad y se disciplinada con el tiempo que le asignas a cada área de tu vida; trabajo, familia y ministerio. Todo tiene su momento, y cada cosa su tiempo bajo el cielo (Eclesiastés 3:1). 

 

2. Espejo: antes de enfocarte en los demás, mírate a ti primero, reconoce tu belleza, ámate y levanta el ánimo para mirar a otros con amor y respeto. Deja que Dios te transforme. Que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, nos vamos transformando en esa misma imagen cada vez más gloriosos: así es como actúa el Señor, que es Espíritu (2 Corintios 3:18).

 

3. Perfume: cuando te impregnas de ese aroma del amor de Dios, sentirás su paz fluir en ti y las cosas tomarán un nuevo rumbo. Y ese olor puede ser lo que abra espacios de confianza y apoyo con los que te rodeas. El perfume es tu intimidad con Dios, no la descuides. Pues nosotros somos para Dios el buen olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden (2 Corintios 2:15).

 

4. Gafas: de vez en cuando es necesario ponerte gafas y cambiar los lentes. Ve más allá de lo que tienes de frente, no te enfoques en el problema, ese que es como una luz tan fuerte que te ciega. Ponte las gafas para que puedas ver con mayor claridad y protégete de todo eso que te quiere desviar. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo (Mateo 6:34).

 

5. Toallas de papel: llegarán momentos de llanto y de quebranto, sin embargo es solo un momento. Saca de tu cartera una toalla de papel, seca tus lágrimas y vuelve a creer que todo estará bien. Dios enjugará tus lágrimas. Y enjugará toda lágrima de sus ojos (Apocalipsis 21:4). No olvides llevar todo esto en tu cartera, aún cuando la cambies, recuerda trasladarlos. Te ayudarán a seguir siendo esa mujer de hoy… Esa mujer ideal creada por Dios. ¿Quién encontrará a una mujer ideal? Vale mucho más que las piedras preciosas (Proverbios 31:10).

 

Fuente: imagen de Google

 

Verónica González Montañez