Actualmente existen tantas y tantas páginas de tutoriales de maquillaje, que es impresionante. Y vemos como nosotras las mujeres queremos estar al nivel de la moda y los estándares establecidos por la sociedad. Nos preocupamos mucho por llevar un maquillaje espectacular y duradero, tener una imagen física que cumpla con esos llamados “estándares”. Sin embargo, olvidamos la imagen de nuestra alma, eso que no se ve pero es la esencia de nuestra existencia. Dios ve tu alma más que tu rostro y el maquillaje que lleves en él. Por tal razón, es fundamental enfocarnos más en nuestro interior que en nuestro exterior, y esto no significa que tenemos que descuidarnos, sino que debemos repensar a que le estamos ofreciendo más importancia.
Si estás en un momento de tu vida en el que has descuidado tu corazón, tu alma y tu espíritu; es tiempo de que comiences a darle cariño a estos aspectos. Comienza a maquillar tu alma, ofrécele tiempo, perdona, sana heridas y busca espacios para recibir palabra que edifica. Definitivamente, esto ayudará a maquillar tu alma, así como haces con tu rostro.
Las que han visto los tutoriales saben que antes de comenzar a maquillar, es necesario tener limpia la cara, aplicarle un hidratante y el primer. Se debe preparar el rostro para así comenzar a aplicar el maquillaje. Y de esta manera ocurre con nuestra alma, es necesario tener un alma limpia para recibir las bendiciones que Dios quiere darnos. Es necesario sanar nuestras heridas y perdonar, y Dios derramará el agua viva de su fuente, que será hidratante para nuestra alma. Posteriormente necesitarás aplicar el primer para tener listo el rostro y así el maquillaje pueda sellar, es de gran importancia buscar espacios que preparen nuestra alma y las bendiciones sellen en lo más profundo de nuestro ser.
Prepara tu alma para lo próximo de Dios, para las bendiciones que anhela regalarte y para sus detalles que la adornarán, como así lo hace el maquillaje en tu rostro. Cuando tengas el maquillaje del alma aplicado, el toque especial será el iluminador, eso no puede faltar. Dios iluminará tu alma y la embellecerá. Ya no serás igual, serás transformada, experimentarás un cambio que quedarás maravillada, como cuando te maquillas. La luz de Cristo será el iluminador de tu alma.
Mujer de hoy, maquilla tu alma…
Versículo para reflexionar: Que la belleza de ustedes no sea la externa, que consiste en adornos tales como peinados ostentosos, joyas de oro y vestidos lujosos. Que su belleza sea más bien la incorruptible, la que procede de lo íntimo del corazón y consiste en un espíritu suave y apacible. Ésta sí que tiene mucho valor delante de Dios (1 Pedro 3:3-4).
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