Ese Dios misericordia que ha tenido compasión de su pueblo a lo largo de la historia.Trabajó tu corazón desde niño y su amor, tejió tu alma, tus acciones, tu memoria. Y tus ojos se llenaron de la vista de tu gente, los que andaban como ovejas sin pastor. Y la riqueza del mundo para vos fue necedad, Cristo te enseñó otra forma de mirar… Padre Alfonso bien lo sabes: el mundo ha cambiado tanto. Sin embargo el hombre viejo, camina arrastrando el paso. Predicar a un Cristo vivo. Anunciar a un Dios cercano, fue tu espíritu y tu vida, hoy eres más que necesario.Fueron tus atardeceres lugar de encuentro con Dios, y festejo de estar junto a los pequeños. Semillita de mostaza que al irse cayendo el sol, ya era copa de los árboles del Reino.Las mañanas que soñaste entre sudor y oración, maduraron en amor y en brazos nuevos. Y tu corazón de Padre que está en el seno de Dios: Cuida siempre de tus hijos misioneros.