En tus caminos Señor,
voy abriendo puerta por puerta.
Tengo que enfrentar los miedo y muros,
para que mis paso me muevan.
Hay que centrar la mirada,
para ir ganando libertad.
Perdiendo el miedo a perder,
cada derrota es un acercamiento.
A veces escuchar cuesta demasiado,
más aún, aceptar lo escuchado.
Nuestro hogar se va multiplicando,
así como los hermanos, los padres y las madres.
Y cuando me sienta viejo, seré un niño,
así es de aquel que sigue conociendo.
Me faltan palabras y me sobran intenciones,
pero Vos entendés nuestro sufrimiento.
Eres la llave y la puerta,
el camino y el ideal.
Un mar de tranquilidad donde siempre quiero estar,
para dejarme llevar confiado.
Siempre confirmandonos Señor,
somos pacientes en Vos.
Tenés un lugar para todos,
Y en camino todos estamos buscandote.