¡Encontrarnos y seguir caminando juntos!

martes, 24 de octubre de
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Cuando realicé mi formación antes de venir a Chile, una de las cosas que nos explicaron fue que la Comunidad iba a ser uno de nuestros pilares durante la misión. Es increíble pero cierto, que en el primer lugar donde puedo percibir la gracia de Dios es allí. En cosas pequeñas como tener la posibilidad de empezar y terminar el día juntos en la Capilla de la casa, o tener una hermana con quien charlar cada noche y compartir como vivió cada una el día.

 

También porque con el tiempo comprendí que es una bendición poder dar gracias y pedir disculpas a mis hermanos de comunidad mientras rezamos completas cada noche. Y que es bueno no desaprovechar esa oportunidad, después de todo ¿cómo habría lugar en mi corazón para todo lo bueno, si primero no saco lo malo?

 

Y en esta mezcla de personas, edades y nacionalidades las diferencias también existen y cada uno tiene su personalidad y su punto de vista. Aunque hay días en que todas estas cosas estén a flor de piel, si todos hacemos un esfuercito y nos dejamos guiar por el Espíritu Santo podemos encontrarnos y seguir caminando juntos.

 

Porque cuando te toca hacer una visita a la cárcel, a algún amigo o al hogar, empezás a pensar “Por algo Jesús mandó a los discípulos de dos en dos”. Porque cuando empieza a pesar el cansancio, y aparece esa mano amiga que te ayuda a no desviarte del camino, porque en definitiva a medida que pasa el tiempo te vas dando cuenta que la Comunidad es uno de los regalos más grandes que el Señor te entrega durante la misión.

 

Sol B.

 

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