La fe nos mantiene vivo, es como un vaso de agua en un desierto o una pequeña luz en la oscuridad.
A veces nos pasan cosas que desbordan nuestro control, y las preocupaciones junto con los miedos se hacen protagonistas. Sabiendo que la respuesta a estas situaciones es la fe, si tan solo esté presente una pequeña parte, es suficiente para saber que todo va a estar bien.
Dios hizo milagros y permitirá miles día a día, si tan solo nuestra fe fuera como un granito de mostaza.
De ese modo, cualquier corazón puede transformarse, cualquier modo de vida puede cambiarse y las guerras desaparecer.
Tené fe y así abrirás la puerta de los milagros.