Hay que animarse a amar

viernes, 17 de noviembre de

Seguir a Jesús es templar el corazón, volvemos a aprender un camino de dejación y desprendimiento, un desasimiento que nos libera.

 

Hay que animarse a amar, a crecer en el amor. Jesús va ganándonos en el amor y nos va atrayendo más hacia Él. A veces quedamos atados a los recuerdos, que aunque no los estemos viviendo, no nos permite volar hacia el amor verdadero, hay que pedirle a Dios que nos desate de esos recuerdos que a veces son tan finos como un cabello, tan sólo un cabello nos ata y no nos permite abrirnos hacia lo nuevo que nos espera.

 

Hemos sido despertados para acoger la vida que Dios quiere regalarnos, como novedad permanente, hemos sido despertados para amar, depleguemos entonces nuestras lonas y afirmemos nuestras estacas en una promesa, recordar la promesa nos mantiene en el camino, promesa que tiene rostro: el de Jesús. 

 

Es tiempo de soltar para saltar, es tiempo de dejar de escapar, de huír, de temer al amor, de temer amar y ser amado, díria San Agustín: “Si no quieres sufrir no ames, pero si no amas ¿para que quieres vivir?”, este es el gran problema, el sufrimiento, ¿pero por qué realmente sufrimos tanto en cuestiónes de amor? ¡Por que somos pobres para amar, porque no sabemos amar, porque somos limitados en el amor, porque seguimos pensando en recibir y no en dar sin esperar nada a cambio! en fin, ¡porque queremos amar desde nosotros mismos! ¿Por qué no mejor pedir a Dios, quien ES el amor, que sea Él quien ame en nosotros?, ¿por qué no dejamos de creernos autosuficientes y le pedimos que nos enseñe a amar? ¡SOLO DESDE QUIEN ES EL AMOR, APRENDEMOS A AMAR!.

 

Tenes que dejar de relamer tus heridas, entregáselas al médico del amor que todo lo cura, y aquella venda que cubra tu corazón, sea solo el recuerdo de que fuiste valiente para amar, aún con lo mal que saliste de aquella experiencia, que sirva para recordar, que todo lo sufrido sirve para liberarse. Abrí tus alas de nuevo, no viniste al mundo para estar reprimido, para truncarte los sueños, para vivir de suspiros, para desalentarte teniendo tan grande maestro de amor. Volvé a dejarte amar por Él, caminá tu sanación antes de emprender este camino de amar de nuevo, y cuando aquel cabello que te ataba lo hayan podido liberar juntos, habrás aprendido a amar un poco más, y el Señor hará que de a poco vayas pudiendo de nuevo, y de pudiendo en pudiendo, te encontrarás amando otra vez, pero no como antes, sino amando más y mejor, te encontrarás amando transfigurado en quien ES el AMOR. 

  

A AMAR SE APRENDE AMANDO, ¡EL MUNDO NECESITA MAS GENTE QUE AME DESDE JESÚS!

 

Noelia Viltri