Evangelio según San Lucas 4, 1-13

miércoles, 10 de febrero de
image_pdfimage_print

Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: “Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan”.

 

Pero Jesús le respondió: “Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan”. Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: “Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá”.

 

Pero Jesús le respondió: “Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto”. Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: “Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra”.

 

Pero Jesús le respondió: “Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno.

 

 

Palabra de Dios

 

 


P. Luis Zazano Sacerdote de la Arquidiócesis de Tucumán

 

 

 

Las tentaciones son partes de nuestra vida, no hay crecimiento cristiano sin tentación. Pero veamos en qué se nos puede tentar:


1) Carencia, necesidad: es cuando me busco las necesidades y me las invento a las necesidades. Es aquella tentación del pan. Algo que lleva a la desesperación y la falta de confianza. La persona carenciada en afectos o en lo material tiende a perseguirse y asentarse.


2) Control de Dios: es cuando busco que Dios me apañe lo que hago. Le busco las vueltas a las cosas para quedar bien con Dios y con el diablo. Se lo que Dios quiere en mi vida pero un poco que le hago una jugada para ganarle la pulseada. Busco que Él apoye mi plan. No es que yo busco su plan.


3) La amargura: es cuando quieres soltar la vida y ves como que la vida es solo amargura.


Recorda que en momentos de tentación no tomar decisiones sino más bien orar, pedir luces y esperar a ver claro. La desesperación es la peor enemiga en esos momentos. Tentado? Alguna gracia vendrá…


Buen domingo

 

Oleada Joven