Evangelio según San Juan 17, 1-11a

lunes, 9 de mayo de
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Jesús levantó los ojos al cielo, diciendo:”Padre, ha llegado la hora: glorifica a tu Hijo para que el Hijo te glorifique a ti, ya que le diste autoridad sobre todos los hombres, para que él diera Vida eterna a todos los que tú les has dado.

 

Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado en la tierra, llevando a cabo la obra que me encomendaste.

 

Ahora, Padre, glorifícame junto a ti, con la gloria que yo tenía contigo antes que el mundo existiera. Manifesté tu Nombre a los que separaste del mundo para confiármelos. Eran tuyos y me los diste, y ellos fueron fieles a tu palabra.

 

Ahora saben que todo lo que me has dado viene de ti, porque les comuniqué las palabras que tú me diste: ellos han reconocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me enviaste. Yo ruego por ellos: no ruego por el mundo, sino por los que me diste, porque son tuyos. Todo lo mío es tuyo y todo lo tuyo es mío, y en ellos he sido glorificado. Ya no estoy más en el mundo, pero ellos están en él; y yo vuelvo a ti.”

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario

 

 

 

 

 

 

Habiendo celebrado la Ascención de Jesús al cielo, contemplándolo Glorioso y viviente a la derecha del Padre y en nosotros y esperando el don de su Espíritu Santo, hoy escuchamos el comienzo de esta hermosa oración Sacerdotal de Jesús.

 

Jesús ora al padre, intercediendo y ofreciéndole su pasión y muerte, modelo de oración para cada uno de nosotros. Hoy El señor ora al padre pidiendo: Glorifica a tu Hijo, para que el Hijo te glorifique a Ti, para luego pedir y rogar por aquellos que el eligio, su discipulos, aquellos que fueron llamados y que creyeron en Él como enviado del Padre.

 

Hermosa oración de Jesús, de alabanza, de adoración, de reconocimiento, de pedido que nos invita también a nosotros a orar siempre, que nos enseña también a dirigirnos a nuestro Padre Dios, como hijos en el Hijo.

 

Cuánto se transformaría nuestra vida si tuviesemos cuidado en nuestra oración cotidiana, no solo para recitar oraciones, sino también para orar, como lo hace Jesús, porque Orar es estar en todas nuestras tareas y cosas cotidianas sin perder la interioridad, la mirada sobrenatural de las cosas, como nos dice Santa Teresa de Jesús: “Para mí la oración es un impulso del corazón, una sencilla mirada al cielo, un grito de agradecimiento y de amor en las penas como en las alegrías.”

 

Poder contemplar y reconocer a Dios en cada acontecimiento, en cada situación, ofreciendo a Dios por medio de jesús, cada una de nuestras penas y alegrias, cada uno de nuestros fracasos y logros, intercediendo por nuestros hermanos, por sus necesidades…y cuanto que hay por interceder!! esa es la tarea,porque orar es hablar con Aquel que sabemos que nos Ama.

 

Que desde la oración cotidiana y el obrar cotidiano y comprometido, podamos experimentar la Vida Eterna, conocer al Dios Verdadero y a su enviado Jesucristo, que tengas lindo día. Dios te bendiga.

 

 

 

 

 

Radio Maria Argentina