En cuanto se fueron los ciegos, le presentaron a un mudo que estaba endemoniado. El demonio fue expulsado y el mudo comenzó a hablar. La multitud, admirada, comentaba: “Jamás se vio nada igual en Israel”.
Pero los fariseos decían: “El expulsa a los demonios por obra del Príncipe de los demonios”.
Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias. Al ver a la multitud, tuvo compasión, porque estaban fatigados y abatidos, como ovejas que no tienen pastor.
Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es abundante, pero los trabajadores son pocos. Rueguen al dueño de los sembrados que envíe trabajadores para la cosecha.”
Palabra de Dios
P. Cristian Salomón Sacerdote de la Parroquia Santa Teresa de Jesús, de Santa Teresa, Diócesis de Rosario
La Palabra nos presenta siempre a Jesús en su caminar cotidiano, compasivo y misericordioso, atento a las necesidades de los más humildes o necesitados y realizando signos propios del Mesías, propios de Dios.
Cada día, junto a su predicación del Reino, realiza signos que manifiestan que Él es Hijo de Dios, los ciegos ven, los mudos hablan, expulsa demonios.
Sin embargo paradojicamente, sus milagros producen distintas reacciones: la multitud se admira y manifiesta que nunca se vio nada Igual, los fariseos por el contrario, dicen que obra por el poder del principe de los demonios. Y Jesús sigue su camino, obrando milagros y viendo tantos hombres, como ovejas sin pastor, invitando a sus discipulos a rogar al Dueño de la mies que envie trabajadores para la cosecha.
El señor tiene poder para liberar, para Sanar, para devolver la voz y la Palabra a quién no puede expresarse. Cuántos de nosotros necesitamos que Jesús nos libere para poder expresarnos, para poder tener la Palabra, inlcuso para poder alabarlo, adorarlo y anunciarlo.
Cuantos, también a nuestros alrededor que necesitan que los ayudemos, que necesitan que los llevemos hasta Jesús, para que Él los libere y sane, acercándonos, limpiando y sanando heridas, a ejemplo de Jesús. siendo instrumentos de su Gracia, asi como también orando y rezando, por sus necesidades.
El Papa Francisco, nos ha insistido en varias oportunidades que la “Iglesia es un Hospital de campaña donde llegan personas heridas buscando la bondad y cercania de Dios” Siendo cada uno de nosotros Iglesia, estamos llamados a no sólo conmovernos como Jesús, sino también Salir al encuentro del herido, del que no puede expresarse, del que quiere llegar hasta el Señor, pero sólo no puede. Sólo saliendo de nosotros mismos, se nos abriran los ojos y quedaremos admirados por el obrar de Dios, de Jesús, incluso a pesar nuestro.
Señor rezamos y pedimos por medio tuyo mas obreros para tu mies, y aquí estamos nosotros, disponibles, necesitados de tu misericordia y tu liberación y prestos a misericordiar, a tener tu mismo corazon.
Que tengas lindo día, Dios te bendiga.