Evangelio según San Mateo 12, 38-42

miércoles, 6 de julio de
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Entonces algunos escribas y fariseos le dijeron: “Maestro, queremos que nos hagas ver un signo”. El les respondió: “Esta generación malvada y adúltera reclama un signo, pero no se le dará otro que el del profeta Jonás.

 

Porque así como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre del pez, así estará el Hijo del hombre en el seno de la tierra tres días y tres noches.El día del Juicio, los hombres de Nínive se levantarán contra esta generación y la condenarán, porque ellos se convirtieron por la predicación de Jonás, y aquí hay alguien que es más que Jonás.

 

El día del Juicio, la Reina del Sur se levantará contra esta generación y la condenará, porque ella vino de los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay alguien que es más que Salomón.”

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


 

P. Javier Verdenelli Sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

 

 

El evangelio de hoy nos relata una discusión entre Jesús y las autoridades religiosas de la época. Esta vez son los escribas y fariseos quienes piden a Jesús que haga una señal para ellos. Jesús había realizado ya muchas señales: había curado al leproso (Mt 8,1-4), al empleado del centurión (Mt 8,5-13), a la suegra de Pedro (Mt 8,14-15), a los enfermos y poseídos de la ciudad (Mt 8,16), había calmado la tempestad (Mt 8,23-27), había expulsado los demonios (Mt 8,28-34) y había hecho muchos otros milagros. La gente, viendo las señales, reconoció en Jesús al Siervo de Yahvé (Mt 8,17; 12,17-21). Pero los doctores y los fariseos no fueron capaces de percibir el significado de tantas señales que Jesús había realizado. Ellos querían algo diferente hago “personalizado”.

Aquí hay algo más que Jonás y por eso Jesús apunta hacia el futuro, la única señal será su resurrección, que se prolongará en la resurrección de sus seguidores. Esta es la señal que, en el futuro, se dará a los doctores y a los fariseos. ¡Lo que convierte es el testimonio! No los milagros.

 

 

Para la reflexión personal

Ante la actual renovación de la Iglesia, ¿soy el fariseo que pide una señal o soy como la gente que reconoce que éste es el camino que Dios quiere?

 

Radio Maria Argentina