Jesús dijo a sus discípulos:”Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, ¡y cómo desearía que ya estuviera ardiendo!Tengo que recibir un bautismo, ¡y qué angustia siento hasta que esto se cumpla plenamente!
¿Piensan ustedes que he venido a traer la paz a la tierra? No, les digo que he venido a traer la división.De ahora en adelante, cinco miembros de una familia estarán divididos, tres contra dos y dos contra tres:el padre contra el hijo y el hijo contra el padre, la madre contra la hija y la hija contra la madre, la suegra contra la nuera y la nuera contra la suegra”.
Palabra de Dios
Reflexion: P. Raúl Gomez
Hoy, en el domingo, día del Señor, la Palabra de Dios viene a nuestro encuentro a través del Evangelio de san Lucas.
El Evangelio de Lucas nos relata claramente esta invitación a la conversión, a través de estas palabras con autoridad que nos muestra Jesús. Por medio de esta Palabra el Señor nos va marcando el camino. Jesús se dirige a sus discípulos y también a cada uno de nosotros: “Yo he venido a traer fuego sobre la tierra, y ¡cómo desearía que ya estuviera ardiendo!”. El fuego que transforma, el fuego que convierte, el fuego que da una nueva creación. Este fuego que tiene que encender cada uno de nuestros corazones para que seamos cada día mejores discípulos y misioneros en este camino de seguimiento, en esta escuela de oración y vida, en torno al maestro Jesús.
Esta Palabra parecería que nos marca un Jesús distinto, un Jesús que nos dice claramente: “No piensen ustedes que he venido a traer la paz sobre la tierra, no, yo les digo que he venido a traer la división”. En realidad, nosotros estamos llamados a interpretar la Palabra de Dios, a la luz del Espíritu Santo. Esta Palabra nos renueva, esta Palabra nos invita a descubrir que seguir al Señor no va a ser fácil. Y en las bienaventuranzas Jesús es muy claro: “Alégrense y regocíjense cuando sean perseguidos, calumniados a causa de mi nombre”. Muchas veces, en este camino de seguimiento vamos a ser incomprendidos, vamos a ser rechazados, muchas veces quizás no nos entiendan nuestros familiares, nuestros amigos… pero tenemos la certeza de que el Señor camina a nuestro lado, de que el Señor es el que va guiando y marcando nuestro camino.
Por eso muchas veces la Palabra de Dios literalmente nos va a costar entenderla. Pero ahí aparece el auxilio, la gracia de Dios para poder comprender este mensaje que nos tiene que llevar a una vida nueva, a un cambio en nuestra vida, en nuestra historia; y sobre todo nos tiene que enseñar a ser cada día mejores testigos del Evangelio, alegres y entusiastas anunciadores del Reino.
Que esta Palabra del Señor sea realmente un fuego renovador en nuestra historia, que cambie y convierta todo aquello que necesita ser cambiado. Que el Señor sea cada día ese fuego que enciende el corazón de cada uno de nosotros, de cada uno de sus hijos, para que realmente podamos transformar nuestras familias, nuestras comunidades, nuestra sociedad, nuestro país, nuestro mundo. Le pedimos en este día al Señor que haga arder nuestro corazón con su amor. Que tengas una linda semana, que el Señor te acompañe y que te encienda cada día en su Amor.