En esta sección de curiosidades vamos compartiendo diferentes artículos o historias que esconden valores y lindas iniciativas. La de hoy, es una invitación a maravillarnos de la obra creadora de Dios y del regalo de la vida.
El mundo vivió en 1997 un hecho que para la medicina se consideró un hito, nacían los primeros septillizos. La madre de los pequeños se sometió a un tratamiento de fertilidad para lograr quedar embarazada. Así, Kenny, Kelsey, Natalie, Brandon, Alexis, Nathan y Joel fueron apodados «Los siete celestiales» y se sumaron a la familia que ya contaba con una nena de 2 años.
Cuando nacieron ocuparon las portadas de todos los diarios internacionales y fueron criticados porque los padres no quisieron sacrificar a algunos de los embriones durante el embarazo para asegurar que los demás nacieran sanos. Como consecuencia, dos de los niños sufrieron al nacer parálisis cerebral.
“Siempre recordaré el día que nos enteramos de que eran tantos”, decía la madre de esta familia numerosa que, junto a su marido Kenny, optaron por no apostar por la ‘reducción selectiva’ a través del aborto, pese a los riesgos, y continuar con el embarazo de los siete.
Los bebés nacieron diminutos: el más pequeño pesaba tan solo 1,13 kg, y el más grande, 1,5 kg. Los padres se esforzaron al máximo para que todos los bebés lograran sobrevivir y crecieran sanos. Dos de ellos, Alexis y Nathan, nacieron con parálisis cerebral y tuvieron que pasar por una cirugía para poder caminar. Ahora están bien y van a la escuela.
Los pequeños nacieron nueve semanas antes de tiempo y tuvieron que estar en una incubadora mientras los padres no paraban de recibir llamadas de felicitación. De hecho, en medio de tal frenesí, el ahora expresidente norteamericano, Bill Clinton, llamó personalmente a la familia para darle su saludo; Oprah, la prestigiosa periodista, les invitó a su programa y varias empresas se comprometieron a ayudar economicamente a la familia.
Entre las donaciones, recibieron una casa de unos 510 metros cuadrados, una furgoneta, macarrones para un año, pañales durante los dos primeros años y becas universitarias completas para cualquier universidad estatal de Iowa.
El padre de la familia nunca dejó de trabajar y a los niños se les explicaba que todo lo tenían que saber obtener por su cuenta.
Brandon quiere inscribirse en el ejército; Alexis quiere ser maestra de jardín de infancia; Natalie, profesora; Kenny, albañil; mientras Nathan y Joel serán programadores informáticos. Kelsey canta en un coro del estado de Iowa y sueña con ser cantante.
Durante los primeros meses, los septillizos tomaban 42 biberones y 52 pañales diarios. Sin embargo, según fue pasando el tiempo la cobertura mediática disminuyó y los cupones para alimentos se fueron agotando.
A fines del 2015 los septillizos celebraron su cumpleaños número 18: uno para todos. Se han convertido en hombres y mujeres, fuertes y decididos.
Septillizos cumplen 18 años from Juan Perez on Vimeo.
Fuente: Elcomercio.es