Fatiga es un perro callejero que se ganó el cariño de toda la comunidad de La Merced, ciudad ubicada a 23 km al sur de la ciudad de Salta. Desde hace 8 años participa de la peregrinación a la ciudad de Salta, en el marco de la fiesta en honor al Señor y la Virgen del Milagro.
Daniel Rodríguez, locutor radial y conocedor de la vida de Fatiga, contó que “es un animalito querido por todos. No sabemos qué es lo que lo motiva, pero todos los años participa de las peregrinaciones para el Milagro y Sumalo. Es el primero en llegar a la parroquia del pueblo cuando comienzan a sonar las campanas”.
Este perrito color canela y blanco, de unos 11 o 12 años de edad, es el primero en llegar a misa los domingos, cuando el cura párroco hace repicar las campanas de la iglesia Nuestra Señora de La Merced.
Nadie sabe qué lo lleva a participar de todas las actividades religiosas. “Lo que más sorprende es que nadie lo llama. El solo se hace presente y se suma a todas las manifestaciones de fe”, contaron los vecinos.
Si bien muchos quisieron adoptarlo, los intentos fueron en vano, pues su espíritu libre lo lleva una y otra vez a merodear por el centro del pueblo, donde es alimentado y recibe el cariño de vecinos y comerciantes.
Un homenaje en vida
Fatiga es también una figura relevante en las fiestas patronales de los barrios y parajes de la localidad. Tanto, que por iniciativa de la comunidad y de las autoridades municipales se erigió un monumento en su honor en la plaza donde se encuentra ubicada la parroquia local. Es un verdadero homenaje en vida a este animalito que se transformó en un fenómeno, por su ternura y su forma especial de expresar una fe y una entrega a los rituales religiosos.
Fue el artistas Pablo Farfán el encargado de esculpir en madera la figura de Fatiga, por encargo de la Municipalidad.
En el lugar, anualmente se realiza un desfile de mascotas, que suele ser encabezado por el propio Fatiga.
Su figura también fue retratada en un enorme mural pintado en el puente de la rotonda de Limache. Allí, Fatiga fue retratado caminando junto a cientos de peregrinos para el Milagro. Este perro se diferencia de sus congéneres peregrinos de otros lugares de la provincia en el hecho que las luces capitalina no lo encandilan. No bien termina el Milagro él regresa de inmediato a La Merced, su pueblo natal y nada lo detiene.
Fuente: El Tribuno