“Que sepa ver la necesidad y no olvide
nunca lo que a nadie deslumbra; que vea detrás de la superficie;
que sepa oír tu voz y perciba muy
claramente el grito de los afligidos; que sólo pronuncie palabras que alivian, que consiga despertar sonrisas; que sea generoso en perdonar y comprender y aprenda a compartir dolor y alegría con un gran amor.
Que puedas disponer de mí, con todo lo que soy, con todo lo que tengo”