Nos pusiste , Señor, en esta tierra, como luz, como hoguera abrasadora, a nosotros que apenas mantenemos encendida la fe de nuestras lámparas.
Nos dejaste , Señor, como testigos, como anuncio brillante entre la gente, a nosotros, tu pueblo vacilante, tus seguidores de lengua temblorosa. No te oirán si nosotros nos callamos,
no verán el fulgor de tu presencia,
si tus fieles te ocultan con sus sombras.
Fortalece , Señor, nuestra flaqueza, que tus siervos anuncien tu Palabra; resuene tu voz en nuestra boca; que tu Luz resplandezca en nuestras vidas; que tu fuego sea siempre llama viva en nuestros corazones. Quiero entrar en el ritmo gozoso de tu Palabra; quiero encontrar en tu llamada, mi libertad.
Dame tu fe, que rompan los esquemas que me cercan; Dame tu fe, que entre en la luz de tu camino. Dame tu fe, para que ame la verdad de corazón.
Fuente: HijasCaridad