Cuando pienso en Maria madre de Jesús, mi corazón queda detenido como mis pensamientos, y es que es infinito el amor que demostró.
Concebir al hijo de Dios a los catorce años y en adelante llevar una vida de entrega.
Dios no eligió una mujer más grande, mas resuelta quizás. Que pudiera sostener económicamente a su hijo. Dios eligió un corazón capaz de aceptar su voluntad con la obediencia, la sencillez y el amor de María.
Creo que esta elección nos muestra en nuestra santa madre algo muy valioso, la visión de Dios.
Nosotros en nuestra vida cotidiana podríamos estar acostumbrados a vernos según nuestras medidas sociales, si encajamos o no, si somos dignos o no. Sobre eso actuamos y nos valoramos.
Dios le dió los mas valioso en el universo, SU HIJO, a una niña de catorce años, viendo en ella una potencial y hermosa madre, la más maravillosa mujer.
Así, Dios nos da en nuestras vidas muchas cosas que cuidar que hacer crecer, nos mira el corazón y se ofrece.
Mirando a María podemos aprender a vivir como vivió ella en la tierra. Humilde, amorosa, sencilla y entregada al amor de Dios. No tengo dudas que María fué la mujer mas feliz del mundo.