¡Qué el Amor no quede huérfano!

sábado, 24 de septiembre de
image_pdfimage_print

“Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba,

Jesús le dijo: Mujer, aquí tienes a tu hijo”

 

Jesús mira y abraza toda orfandad.

 

La orfandad de la madre que ve la entrega hasta el final de su hijo, aún en el medio del dolor, sabiendo que para esta hora había nacido. Todo regalo de Dios, siempre ha de volver a Dios.

 

Pero también la orfandad del hombre. En su mirada de desconcierto, de no entender, del futuro incierto. Cómo puede ser que él que me rescató del sin sentido hoy lo vea partir. Con él, veo partir también el sentido de mi vida.

 

Jesús une las orfandades, para que el Amor no quede huérfano. Genera nuevos vínculos, mucho más, los hace nuevos. Hace posible la resurrección de los vínculos.

 

Nos dona mucho más que una Madre, nos regala la posibilidad de que toda la orfandad que exista en nuestras relaciones puedan ser resucitadas. ¡Que el Amor no quede huérfano!


             “Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como suya

 

ALEJANDRO GOMEZ