Santo Tomás Moro

martes, 21 de junio de
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Tomás Moro (1478-1535) abogado, esposo y padre de 4 hijos es una de las figuras más brillantes del Renacimiento. Su enorme cultura le valió el cargo de canciller del rey Enrique VIII. Cuando éste rompió con la Iglesia Católica proclamándose Jefe Supremo de la Iglesia de Inglaterra, se deshizo de Tomás Moro. Lo acusó injustamente a través de calumnias y fue arrestado y encarcelado.

 

Cuando el rey mandó a que lo decapitaran, al pie del cadalso, agotado por los tres meses de prisión, antes de subir los escalones para que le cortaran la cabeza,  Tomás Moro, no pudo con su genio y su último acto público fue un acto de humor, le dijo a su verdugo: “le ruego, señor teniente, ayúdeme a subir; en cuanto a bajar, deje que ruede por mí mismo”.

 

 Fue canonizado en 1935 y en el año 2000, Juan Pablo II lo proclamó patrono de los políticos ya que se empeñó por el bien común sin importarle sus intereses personales siendo coherente hasta el fin. Su humor fue parte de la virtud de la fortaleza, llena de caridad.

 

Esta es la conocida oración de Santo Tomás Moro pidiendo, entre otras, cosas el don del sentido del humor. ¿Nosotros, alguna vez, pedimos este don?:

 

 

Dios Glorioso, dame gracia para enmendar mi vida

y tener presente mi fin sin eludir la muerte,

pues para quienes mueren en Ti, buen Señor,

la muerte es la puerta a una vida de riqueza.

 

Y dame, buen Señor, una mente humilde,

modesta, calma, pacífica, paciente, caritativa,

amable, tierna y compasiva en todas mis obras,

en todas mis palabras y en todos mis pensamientos,

para tener el sabor de tu santo y bendito espíritu.

Dame buen Señor, una fe plena, una esperanza

firme y una caridad ferviente, un amor a Ti,

muy por encima de mi amor por mí.

 

Dame, buen Señor, el deseo de estar contigo,

de no evitar las calamidades de este mundo,

no tanto por alcanzar las alegrías del cielo

como simplemente por amor a Ti.

 

Y dame, buen Señor, Tu amor y Tu favor;

que mi amor a TI, por grande que pueda ser,

no podría merecerlo si no fuera por tu gran bondad.

Buen Señor, dame Tu gracia para trabajar

por estas cosas que te pido.

Amén

 

Santo Tomás Moro

 

Oleada Joven