Al cumplirse el 23 de Mayo el primer aniversario de la beatificación de monseñor Óscar Arnulfo Romero -asesinado en El Salvador el 24 de marzo de 1980 mientras celebraba la Misa en la Capilla del Hospital La Divina Providencia, recordamos momentos de la ceremonia de beatificación en San Salvador presidida por el prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Angelo Amato.
Papa Francisco: “El martirio de monseñor Romero no fue puntual en el momento de su muerte, fue un martirio, testimonio de sufrimiento anterior: persecución anterior hasta su muerte. Pero también posterior porque una vez muerto -yo era sacerdote joven y fui testigo de eso- una vez muerto fue difamado, calumniado, ensuciado. Su martirió se continuó incluso por hermanos suyos en el sacerdocio y en el episcopado”.
“No hablo de oídas, he escuchado esas cosas, ósea que es lindo verlo también así, un hombre que sigue siendo mártir, bueno ahora ya creo que casi ninguno se atreva, pero que después de haber dado su vida siguió dándola dejándose azotar por todas esas incomprensiones y calumnias. Eso da fuerza, solo Dios sabe, solo Dios sabe las historias de las personas y cuántas veces a personas que ya han dado su vida o han muerto se les sigue lapidando con la piedra más dura que existe en el mundo: la lengua”.